Estoy en brazos de mi pueblo, aquel pueblo que me vio nacer . Como ha pasado el tiempo iEs increíble! Las calles empedradas ya no son las mismas. En las aguas del río son otros... son otros los niños que intentan nadar. Los ojos de mis padres son distintos, cansados me miran ya. Sus cabecitas de algodón he besado y acariciado con ternura mientras mi mente atrapaba los momentos de infancia que pase junto a ellos.
Sus manos …Ah! Sus manos temblorosas tomaron mi rostro como queriendo dibujar la cara de aquella chiquilla. Más de aquella chiquilla no ha quedado nada hoy es toda una mujer. Como ha pasado el tiempo… iEs increíble! El tren de las cinco no pasa más… aquel tren y sus vías han desaparecido.
Y es entonces que me pregunto… ¿Dónde está aquella niña que corría por encima de los charcos? ¿Aquella niña de cabellera larga y encrespada? ¿Aquella niña que jugaba con los peces debajo del agua? ¿Aquella niña que soñaba cuando grande correr en busca del tesoro al final del arcoíris?
Si, es cierto…de aquella chiquilla no ha quedado nada hoy es toda una mujer. ¿Y el tesoro? Claro que lo ha encontrado… Son aquellos principios y valores que sus padres le inculcaron. El amor, la nobleza, la humildad, el respeto, el perdón, la sonrisa ante toda adversidad los lleva prendido de su pecho y en su mente. Ese tesoro esta en buenas manos y seguirá su camino pues hoy le ha tocado a ella heredárselo a sus hijos.