MIRIAM RINCON U.

MI HERMOSA CALANDRIA.

La calandria.

 

Una bella mañana

 de un día no laborable,

en la cama me quedé

viendo por el ventanal

el precioso azul del cielo.

 

Afuera de la ventana

conservo un frondoso árbol,

donde las aves acuden

porque nadie las maltrata,

su policromía disfruto

como su cantar sonoro,

prefiero así despertar

 antes que un triste reloj

me espante de un lindo sueño.

 

Ellos se asientan allí

pues se sienten protegidos,

tienen comida segura

y se toman el rocío.

 

Escuché un revoloteo

 me volteé sorprendida,

¡increíble, una calandria!

con su armonioso canto

volaba sobre la cama.

 

Sus ojitos me observaban

 con un poco de temor,

le susurré una tonada

así se tranquilizó.

 

Extendí suave la mano

y pude tocar su abrigo,

desde ese día la calandria

toma en asalto mi cuarto,

me despierta con su canto

con su alegre picoteo.

 

¡Qué tierno el amor de Dios!



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MIRIAM RINCÓN URDANETA