Cuando yo sea grande,
seré esperanzador,
para ver como se expande
cada corazón.
Cuando ya no sea niño
quiero ser un soñador
para que el sueño conmigo
me lleve a un mundo mejor.
Si yo crezco y avanzo
entre ideales azules,
iré caminando descalzo
por encima de las nubes.
Si tengo la oportunidad
en los días del mañana
traeré del cielo paz
y de las nubes, su agua.
El día que yo sea un adulto
escribiré sin jactancia…
Y versos, haré muchos
que me recuerden la infancia.
Alejandro J. Díaz Valero