POBRE CORAZON QUE VA HUYENDO HACIA LA MORADA,
HA DE VIVIR DESAMPARADO,
CUIDANDO NO SER DESCUBIENRTO EN UNA MIRADA PERDIDA
O EN UN GESTO DELATOR,
TRATANDO DE EVITAR LAS HERIDAS,
MIENTRAS DENTRO DE UNA SILECIOSA DISTRACCION,
CORRE A OCULTALZE DE LO TEMPORALIZABLE.