No botemos las joyas por las conchas
Cumplamos sus mandamientos todos los días con miramientos
No nos dejemos llevar por los malos pensamientos
Estemos donde estemos, Él es el caudal de los contentos
Seamos aves de vuelos altos y alumbremos nuestro interno
La lámpara sapiente de su gran misericordia
No la apaguemos con tantas discordias
Llevemos los lazos de la hermosa concordia
Dando siempre de la bondad que tengamos cada día
Seamos como el árbol que da su fruto y él no come de ellos
Seamos como la tierra que permite que todos la cultiven
Seamos como el sol que no mira a quien alumbra
Seamos como el agua que cae para nutrir al que la necesite
Vivamos a la altura de los nobles pensamientos
No dejemos que la ignorancia sean nudos en nuestros tiempos
Volquemos la atención hacia nuestros adentros
Ahí empezaremos a ser conscientes en cada momento
Elevemos siempre las manos en oración
Y con las manos juntas pidamos perdón
Llevemos nuestra alma y mente sin condición
Dejémosla reposar en su divina y santa misión
No dejemos que pasen los días sin acatar su melodía
En su trigal siempre hay mucho para dar todos los días
Tenemos que ser valientes para recibir, dejemos la cobardía
Él es el dador sin límites dejemos que nos cobije su misericordia
Cerremos los ojos y concentrémonos entre las dos cejas
El alma y la mente se nutren y se libran de sus rejas
Solo en este lugar se puede meditar, se acabaran las quejas
Llevemos siempre las joyas, las conchas tirémoslas, están rotas y viejas
Vivamos a la altura de reformar nuestro interno, en continuidad
No dejemos que las plagas nos roben la gran fidelidad
La felicidad del mundo es temporal, luchemos por la caridad
Seamos conscientes que no es la cantidad sino la sutil calidad
En el teatro de este mundo, Él es el amo de su creación
Somos marionetas en sus manos, a cada uno le da su aplicación
Muchos cantan canciones mundanas y otros solo su canción
Y afortunados son aquellos que llegaron a hacer su devoción
Con mi amor Linda
Todos los derechos reservados del autor