Mi querido Santa María;
Tú que seras algún día,
mi triste lecho de muerte,
Hoy es mi pena y alegría...
Aquí pase la infancia mía;
con amigos que recuerdo,
aquí mi ilusión crecía;
y entre sueños yo me pierdo.
Al crecer nos separamos,
cada uno por su lado,
unos eran ya casados,
y otros hicieron su traslado.
En mi juventud me aleje,
camine por otros lares,
ya maduro regrese,
a la tierra de mis amores.
En medio de los cerros,
nació bella Santa María,
con esfuerzo formamos,
en medio de ella, su capilla...
Hecha de grandes luciones,
de cánticos y pregones,
de oraciones y blasfemias,
Santa María es la dueña...