Carlos Roman Ramirez

IRONIA

Me entregaste tus sentidos,

hidromel nocturno

convertido en rocío,

esperabas algo mío,

esperabas como el horno

espera al trigo

y todo lo negué:

presencia, comprensión,

ternura, abrigo.

 

Mas de vivir aprendí

que al razonar y comprender

llantos de mujer

se inculpa el alma

y amar oceanidas

incidentes en mi vida

ya no pudo ser.

 

Tu efigie puebla la oquedad

de mi pensamiento azogue

que trasmigra a tu estancia

y tu imagen efluvia

desde el racimo de la lluvia.

 

Inundas mi silencio con tu stabat

al pie del destino,

gemir de boreal viento

entre los austros pinos

mientras yo, rada de lo triste,

éxodo gris de caminante

que extravió implementos

de hilvanar sueños contigo.

 

Ironía de ablastémico final,

del tiempo perdido ayer

están brotando hojas verdes

donde no podían brotar,

hojas del corazón,

desde allí lo sé,

¿para qué están brotando

ahora, para qué?