Amo el amor
que no se me da
por motivos de rebeldía
y resistencia.
Odio lo que ya se ha expuesto
porque lo de siempre
tal vez sea más una excusa
que una respuesta certera.
Delimito mis sentimientos
con toxinas eternales y canela.
Deliro estando frente al arco iris
del estremecimiento inservible
y condeno mi alma
como condenan los peces
su retentiva de mares ilusorios.