La Espera
Me llena de ansiedad también de angustia.
Ansiedad por llegar pronto a enfrentar mi destino.
Angustia de ver el amanecer, el atardecer y la noche moverse lentamente, sin que ellas se den cuenta de la necesidad que mi alma siente por llegar pronto a ese destino de amor.
Esa espera que mata con las armas de los minutos y horas del día, que no tiene piedad con el dolor que siente el alma y hiere a la ansiedad, no respeta edades, ni sentimientos. Pero hay que vivir con ella...esperar su rotación natural del tiempo que la mueve, en cada segundo, minuto y hora del día.
Quisiera ser un ladrón para robarle horas al día y que el tiempo vuele como un ave sin destino o el viento en medio de un ciclón, para llegar pronto a los brazos de esa reina de rojo de la isla del amor que las olas del mar humedezca nuestros cuerpos secándolo en las arenas bajos los rayos del sol.
No es posible engañar o engañarnos, sólo quise ser ladrón para robarles horas al día, pero sólo fue, ¡Por Amor!
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz