Si Dios me dio la vista para mirarte, mis manos para acariciarte, mis labios para besarte, mis oídos para escucharte, mi corazón para amarte. Y ¿me pides que deje mirarte, tocarte, besarte escucharte y amarte?
Mejor sería que le pidas a Dios que me lleve a su presencia, porque si Dios me dio todo lo que tengo para admirarte, disfrutarte, sentirte, atenderte y adorarte. Sería en vano estar vivo.
No sabes que es mi necesidad, es mi placer, mi vida es dedicarte todo mi tiempo, porque me quieres negar mi derecho de hacerlo.
Aunque estés ausente, aun cuando no seas mía, aun cuando tú no me quieras, no te da ningún derecho a pedirme que censure a mi corazón.
Si he de amarte en mis pensamientos, en mis sueños, en mi ilusión, que así sea, pero que nunca diga nadie, que mi corazón murió de amor, que nadie diga que en mi mente nunca hubo una ilusión, un anhelo, y todo era por ti.
J. Echeguren
Un jueves por la mañana…
Mayo, 2012
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