gaston campano

El arriero

Anoche cuando el sol

        se fué a pintar la luna

para lucirse preciosa

         delante de las estrellas

me convertí en arriero

          de todas tus cosas bellas.

Tu mirada verde clara

           y tu risa cantarina,

me decía que ese piño

           de tus puros sentimientos

guardara por los momentos

           más bonitos de mi vida.

Si tu amor nunca lo arrié,

           hasta no convertirlo en sueño,

la razón vino después

           cuidándolo por ser tu dueño.

Tu corazón pequeñito,

            lo dividiste un tanto

que un pedazo chiquitito

             me tienes aquí cuidando.

El resto se fué a los niños,

             y a las estrellas caídas,

sabiendo que en esta vida

             todos necesitan cariño,

y el arriero se quedó

             dueño de ese piño,

que viajando por las noche

             con ese canto divino

ha encontrado el día,

             más lindo que ha vivido.