"Antes de encarnar puedes creerlo,/ una voz me ordenó amarte./ Si es orden de Dios tengo que hacerlo/ y tú, tienes que dejarte".
Ya pronto, muy pronto voy a nacer
y tú madre querida, ya me conoces.
Como yo que aunque no puedo ver
ya logro reconocer todas las voces.
Cuento cada minuto, cada segundo
que me falta por salir de tu vientre,
en razones para amarte ya abundo
y es fácil que en ti yo me concentre.
Ya reconozco quién a veces me toca,
quién se acerca de noche y me canta,
quién tararea mi nombre y me invoca
y sus deseos de mimarme no aguanta.
Sé que ya me compraron toda la ropita,
que eligieron bien el color al comprarla,
la dicha por mi llegada la siento infinita
y ya no existe algo con que compararla.
Imagino a mi padre fumando impaciente,
tú con tu valor soportando tantos dolores,
noto cómo será en ese lugar el ambiente
y la presión de enfermeras y de doctores.
De un arco de colores una vez me hablaste,
que era en blanco y negro y un día cambió,
era parte de un cuento bonito que contaste
en donde el actor principal era siempre yo.
Esa canción de cuna que tienes preparada
para descansar y me dé sueño tempranero,
vengo con energías para no verte enojada,
si acaso me la cantas y te duermes primero.