Noche de agonía;
un sueño moribundo se desangra,
estaca envenenada de mentiras.
Triste desconsuelo,
suicida con puñal de soledad
que clava la verdad y el sufrimiento.
Lágrimas de polvo,
cadáver sepultado por las dunas,
paisaje con sus curvas de abandono.
Rocas del adiós,
inmóvil esqueleto de promesas,
inerte calavera de tu amor.
Tumba de la nada,
cenizas esparcidas por tu olvido,
un tétrico vacío de esperanzas.
Agrio desengaño,
mi onírica ilusión es un difunto,
su lápida un susurro del pasado.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.