Camino del Rocío
Contemplando esos tus ojos, serrana,
en el alma sentí un escalofrío
al notar sobre mi tu poderío
y el hechizo de tu casta gitana.
Con tu grácil figura y tan galana
no mirarte, imposible desafío,
a tu lado camino hacia El Rocío
viendo tu ímpetu, cual potra alazana.
Que volvamos cogidos de la mano
pediré a nuestra Virgen muy devoto
y con suerte haya boda este verano.
El amor, convertido en terremoto
que fluye en mi sangre, es un amor sano
que me abrasa por dentro, y lo noto.
© Eduardo González Cuartango
25/05/2012