Jesús Lantigua

LLUEVE

 

Afuera llueve, mi amor.

Palpando nuestros cristales

la humedad crece a raudales;

calla desnudo el pudor.

Hay un temblor, sin temor,

serpenteando en la piel.

Muerdo tu boca: clavel,

donde la ansiedad se posa.

Mi lengua, cual mariposa,

se recrea con tu miel.

 

Beso tus pechos ardientes

con sus pezones erguidos;

te disuelvo los sentidos

entre caricias candentes.

Tus mogotes atrayentes

despiertan todo el furor.

No importa si alrededor

el tiempo pasa ligero;

sólo hacerte mía quiero.

Afuera llueve, mi amor.