Breve defensa de lo que escribo
Sé que muchos no quieren que publique,
pero no tengo otra manera de pasar mis días,
déjenme decirles que me apena mucho
que la estrategia del silencio se proponga entre viajeros.
¿Acaso alguno ya llegó tan lejos como
para no poder decir de qué color es su escafandra,
acaso somos simplemente los mandados como
para no encender a nuestra costa un fuego firme,
un simple lagrimón en las escamas de la historia,
un lánguido paisaje de nuestras horas a lo eterno?
Pídanme no amar, las bellas ya partieron,
pídanme no acusar, el propio cuerpo se ennegrece,
pídanme no parpadear, no es con los ojos que navego,
pero no me pidan no escribir, en cada célula me habita un verso
y en cada libertad voy a escribir pese a quien pese.
23 05 12