Aquel ya tranquilo anciano de ojos azules y savia mirada,
Con pocas palabas puede contar tantas historias pasadas,
Cuantos sacrificios, luchas y peligros debieron enfrentar,
Y así a estas tierras tan llenas de vida y esperanza poder llegar.
Suelo americano eligieron,
Pero por las dudas aseguraron
Territorio Argentino seria el perfecto camino
Fueron largos y cansadores los dias
Pero más fuerte y firmes fueron las decisiones.
Que entre tanto andar y andar buscando un cálido Hogar;
Terminaron por quedarse para siempre en nuestra
Fértil productiva Misiones.
Tierras llenas de esperanza, tierras coloradas.
Dividido por pueblos de distintos nombres, y tantas razas mescladas.
Los nativos como parte de este suelo que ya estaban.
Los europeos desembarcaron cargados de sueños, recién llegaban.
Cada uno fue protagonista en esta hermosa historia.
A lo largo de todos estos años: de duras lucha
Tropiezos, superaciones, tristezas, alegrías y
Por supuesto grandes y recordadas glorias,
Que aunque pase el tiempo quedaran siempre en nuestra memoria.
Fueron tantas razas mescladas que miraremos a nuestros hijos, y en ellos veremos.
A nuestro suelo tan amado.
En unos ojitos azules, aquel cielo lleno de paz, que encontraron los europeos al llegar
En unos ojos verde mar, aquel cielo azul
Combinado con una tupida selva, que llenaba cualquier mirada de felicidad.
Y en unos ojos verdes, la selva misionera
En una inocente virginidad.
Pero aun queda más, viendo unos ojos marrones
es como estar viendo el mismísimo suelo de misiones.
No dejaría de mencionar que al estar en presencia
de alguien con ojos negros intensos y profundos.
Con resplandeciente brillo.
Seria para aquel ya tranquilo anciano
revivir su primera noche en estas tierras tan amada
Solo con estrellas en el cielo sin ninguna otra luz
que la naturaleza alterara.