En duelo por los colombianos que
aún infantes han muerto o sobreviven
mutilados por una mina terrestre
(quiebra patas o antipersonas)
-Su arpa dolosa toca mi corazón-
En tanto que de mi país su lauro de horror ignoro,
el dedo fauno prende fósforos al conflicto doloso
y mientras al desamor sus orquídeas se deshojan
también sus cisnes a fuga de la vida tormentosa.
En tanto que lento el repudio es un tardío camello
cargando por desiertos el bandolín de los pueblos,
arrancar los claveles a los que aún inocentes ríen
es toque cruel de violonchelos que a diario se vive.
Y… donde llameaban rosas con flecha perfumada,
sembrada con alacrán sanguinario la "quiebra patas"
y a granizo de su esquirla... el más mortífero nácar
desmembrando con su témpano viajero las almas.
Mal de vigor salado que exhala con odio de la tierra,
a corcel del juego los unicornios imposible no pisarla
de su gusano irrebatible cercenadas quedarán las alas
o abatida la rosácea criatura sin haber lidiado batalla.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.