Monstruosa y mal añorada,
Pero sensible, de mí jamás serás ajena,
Solidaria escapatoria,
Mi mejor amiga y consejera,
Devota de la nada,
Distante del alguien,
Triste paso llevas,
pero de mí siempre compañera,
Suspiros entre respiraciones,
De allí es que naces,
delicada pero arrasadora,
Sujeta al que no quiere,
o como yo te llaman,
Gran celosa a quien se me aproxima,
vergonzosa a quien se aleja,
Amante de toda lejanía,
Dame paz y alegría,
Pero solo das tranquilidad y sensiblería,
eres la desdicha mal deseada,
pero la única en la que se confía,
que estará todos los días,
Preciosa, temo por tu partida,
Por eso ahora eres mi flor,
que en terreno marchito,
Aflora sin esperanza,
Y sus raíces me embargan.