ivan rueda

JUVENTUD

 

Yo he sido uno más de sus amantes,

por su órfico licor embriagado,

he gozado de sus labios y sus carnes

sin pensar ni un momento hasta cuándo.

Como un lienzo obnubilado por su arte,

como un trigo en los soles de verano

no creí que mis colores se apocasen

ni que el viento de mi otoño era cercano.

Por ella trasnoché sin que mis huesos

sufrieran perjuicios en sus calcios

por ella oteé la vida sin complejos

como el níveo y atlético albatros

desde los eriales azules de los cielos,

como esbelto girasol rubio y áureo

desde las ventanas verdes de los campos.

Indagué en la doble luna de su seno  

y en la flor novicia de su acanto

con lujuriosa llama en desenfreno,

como un cisne embebido en su canto.

Pero ella, que es corta como un sueño,

no se casa ni con reyes ni con magos

y al hombre que pretende ser su dueño

lo convierte en su mísero esclavo

para luego arrojarlo a los fuegos

del olvido cuyas llamas son los años.

 

Y cuando el alba vuelve a mirarse al espejo

lo que ve son las tristes sombras del ocaso.