Camino en el prado seco
desorbitado,
cual viento que aruña rostros.
Constantemente observo
el espíritu humano demacrado,
luces de cale vacía,
juegos de azar
donde se apuestan sentimientos.
Frío de amor,
calor de soledad.
Y me mantengo estelar,
como el viento frío
que aruña rostros,
que nadie atrapa
y no atrapa nada.
Siempre errante.