Cuando al fin nos parece que el verano
oscila entre sus alas los segundos,
divagan y murmuran vagabundos
fantasmas colosales en el llano.
Mirando desafiante al sol ufano
sus rayos polvorientos moribundos,
que elevan un adiós para otros mundos
siguiendo su marchar a lo lejano.
Porque fueron candentes sus calores
y radiante la luz de sus vislumbros;
Hoy parece irradiar nuevo retoño!.
Cuántos fueron entonces sus amores
y la osada virtud de sus encumbros,
Que se niega en nacer un nuevo Otoño.