Reacio como el sol,
te encontré aquella tarde.
Brillantes como luna
tus ojos me atraparon.
Suaves como miel,
tus males se pegaron,
injusto como el silencio
tus palabras me callaron.
Envuelta en tu lino
volaron nuestras pasiones,
de tu boca brotó,
una pequeña ilusión.