Tus huellas de cristal
en mi camino
son pasos que enamoran
al peregrino.
Se ve la luz celeste
del horizonte,
el cielo resplandece
tu bello nombre.
Mujer de piel canela
y cortos años,
mi corazón de roble
se está secando.
No dejes que termine
mi triste otoño
sin ver tu primavera
de labios rojos.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.