Me fui desde mi Argentina
por Chile hasta Perú,
bebí la chicha en Bolivia
pensando qué harías tú,
fui a Paraguay por un rato
y bajé hasta Montevideo
con el largavistas a mano
por si acaso te veo.
Como no te encontraba
a Brasil me fui a sambar
y a más de un pobre garoto
lo terminé por pisar,
con tanto dedo aplastado
los mininos se enojaron
y con una estampilla en la espalda
para Rusia me mandaron.
...
Frente a la Plaza Roja
en shorcito y con ojotas
casi casi me congelo
y no entendía ni jota,
pero un traficante de vodka
me llevó en su camioneta
sólo a cambio de plancharle
sus mil quince camisetas.
Pasamos por su casa,
algo de un tal Genghis Kan,
y ya en China al viajecito
lo seguí en minivan,
me sacaron muchas fotos,
también comí con palitos
y en un monte allá del Tibet
me bendijo un viejecito.
...
Desperté confundida,
iba flotando río abajo,
mi último recuerdo
fue pedir algún atajo,
me asusté en verdad que mucho!
entre muertos yo flotaba
junto a varios cocodrilos
que el Ganges desandaban.
Ya en la India sana y salva
cuento que volví a shambar
pero aquí era una sopa
y daba swing para bailar,
al pasar frente a un Buda
y al salir del restaurant,
me dijeron que te vieron
por esas tierras merodear.
Me puse muy contenta!
tal vez yo te encontrara,
y ellos me suplicaron
que pronto lo lograra,
es que a toda indiecita
tú habías deslumbrado
y hasta el harén del sultán
se había amotinado.
Cuando te encuentre...!
sonaré a vieja
pero quizás yo te lleve
arrastrando de la oreja,
proseguí el camino,
me indicaron al oeste,
y con paso grande y firme
sonreí con to´los dientes...
CONTINUARÁ...