Era extremadamente bella,
de tez blanca y tierna piel
unos ojos, grandes, verdes,
cabello liso, color de miel,
que le caía por la espalda.
Vestía con gusto delicado,
blusa de seda estampada,
con unas discretas flores;
de manga corta, escotada,
con la falda de fino lino.
Los zapatos color salmón,
ponían un perfecto broche,
a sus largas y bellas piernas
que brillaban en la noche,
por la tenue luz de un farol.
Era la mujer más bella,
que he visto en mi vida;
la vi tan solo un instante,
como una virgen aparecida
que voló en la penumbra.
J.Plou