Dolores, era un tremolar de azucenas
Llamarle Lola, ¡cuán feliz se veía!
Y en la carita uva pasa de mi abuela
Los años bailaban confusas bulerías.
Esos preciados recuerdos de amor
Que la vida en su frente surcó,
Los llenó de rocío y de sol
Por cualquier malhadado dolor.
Cuando alguien en casa enfermaba
Preocupada siempre comentaba:
“hijos casados, penas dobladas”…
Y su voz dulce, eran ramas quebradas.
Su hablar castizo, ya casi había olvidado...
Esos acentos de allende los mares
Sólo en canciones de cuna
En nanas para los nietos, eran recordados.
“duérme te ni ñito mí o, que tu mare
Noestáen ca sa, que se la lle vó la vir gen”…
Y sus ojitos eran dos brillantes luceros
Con los sueños volando, quién sabe dónde.
Yo la tuve hasta los catorce… entonces
Pero hasta ahora la tengo,
Y es la luz de mis días, mí ángel de vida
Cancerbera implacable de mis noches, ahora.
Se fue en primavera… como un ramo de lirios,
Llenándola de pétalos multicolores, los nietos
Decíamos adiós a su paso, rezando, llorando…
Arrimando los pasos, que nos ve desde el cielo.
No hubo fosa ni mausoleo, solo se fue
Vestida de humo…voló con en el viento, al edén
Sus cenizas al mar, por donde llegó, como ella quería
Y su nombre en un mármol, entre jazmines y nardos.
Delalma
Sábado, 03 de marzo de 2012