Cuando una madre se va
sentimos que hemos perdido
una parte del corazón,
que nunca será lo mismo
Para que mentirles; es cierto
uno siente la orfandad
cuando nadie en esta vida
vuelve a llamarnos: Hijo
Sin embargo, hay momentos
en los que , sin saberlo
comenzamos a entender
que no son sólo un recuerdo
Son ese hilo plateado
que nunca ha sido cortado
Son esa fuerza mística
abrazándonos despacio
Si observas con atención
cuando tengas un problema
notarás que en forma mágica
y sin que nadie lo entienda
Ella se las arreglará,
negociará con quien sea,
librará todas las batallas,
para que todo resuelvas.
Y es que a mi entender
una madre nunca parte
solo se va a descansar
a donde pueda observarte.
María Ferretti Gaich