Viene la lluvia
Huele a lluvia, señores, trae el aire
sus bodegas repletas de sembrado,
de gotas submarinas que han volado
del campo y su sudor hacia el donaire.
Viene la lluvia, pues, no queda duda,
nos vamos a mojar hasta los huesos,
nos va a entregar el agua tantos besos
que al mar nos llevará su barracuda.
Y allí, bajo la sal de lo llorado,
la lluvia nos verá con sus sardinas,
radiante en su fulgor de enamorado.
Entonces a mojarse, caballeros,
viene la lluvia y van, si la examinas,
algunos con paraguas y yo en cueros.
24 05 12