Conocimos el sol ardiente en nuestro amor,
Fuego que se rehusaba a ser apagado
Danzamos en el viento
A veces liviano tímido y fresco
A veces voraz y seco
Deseamos dormidos soñar despiertos
Mientras acariciabas mi mano tacita
Desconocida temblaba
Te reconocía y sin saborearte te amaba
El tiempo no existió entonces
Fue una pluma orbitando desde el cielo
Hasta galaxia y la eternidad entera
Acabando meteorizada en tu sonrisa
Caminamos así de la mano
Atados los cuerpos
Y unidas las almas
Nos amamos divinamente
Como ángeles jugando a ser humanos
Un rayo de sol se filtró en mi piel
Y Un suspiro celeste lo guio a mi centro
La vida broto entonces despacio
Como el más dulce milagro de amor
Pero el viento nuevamente voraz e inquieto
Se acercó a mi vientre y soplo muy fuerte
Se deshojo mi árbol, no quedo ni una raíz
Y tú en un rincón me observabas
Acariciado por la lluvia
Amenazado por la tormenta
Lejano y perdido, en ti confundido.
Grite tu nombre y no escuchaste
Tome tu mano y no me sentiste
Corrí entonces, sin mi árbol
Y sin tu sombra
Y aunque corrí contigo permanecí
Hasta que otras manos llegaron
Y arrancaron de ti mi cuerpo y alma
Han pasado siglos desde entonces
Y aún sigo corriendo en busca de tu sombra
Suplicando a la tormenta que nos sumerja
Queriendo verte otra vez sereno y amante.