Diaz Valero Alejandro José

Respirando el aliento (humor)

Un joven apuesto

y muy agraciado

sentado en su asiento

estaba asustado.

 

Ella, esbelta y atractiva

sentada a su lado,

el ojo le guiña

y le toma la mano.

 

Él, petrificado mira

sin decir nada,

y ella sólo suspira

y le da una mirada.

 

Él en su pequeño universo

aislarse quiere del ataque

teme recibir un beso

que lo deje en jaque mate.

 

Dime por Dios lo que quieras

le hace ella, la exhortación,

dímelo de varias maneras

y has más grande mi emoción.

 

Y él, hace esfuerzo sobrehumano;

saca fuerzas de momento,

y le dice con gran desgano:

es que apestas con tu aliento.

 

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