He vuelto a los paisajes de mi infancia,
rememorando tiempos que se han ido,
se fueron diluyendo en la distancia
dulces momentos que tanto he querido.
Ves, ya no está el jardín ni la fragancia
de aquel pobre malvón descolorido,
no existe el arenal donde jugaba…
¡el asfalto! este asfalto antes no estaba.
La casa y la vereda son ajenas,
añoro el patio, el aljibe, el parral,
el correr descalzado en las arenas
o batallar con un monstruo irreal
por las dunas, fantásticas escenas
para el naciente héroe universal .
¿Qué fue de la pelota hecha con trapos?
¿Y el fútbol que acababa a los sopapos?
¿Qué habrá sido de aquel mi gran amigo,
que vivía en la casa de la tuna?
Ni está el frío zaguán que fue testigo
del primer beso espiado por la luna.
Mas tengo algo que siempre va conmigo:
la imagen de mamá, como ninguna.
(Los nietos de una vecina de antaño
le gritan: ¡mirá abuela ese hombre extraño!)
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
IMAGEN: una de las últimas fotografías tomadas a mi madre.