Nadie espera en medio de la nada,
En medio del silencio y la nostalgia,
Entre el empezar y el terminar,
Entre el ocaso de un adiós.
Nadie espera en medio de la nada,
Entre mil versiones de un mismo destino,
De un silencio borroso en medio del corazón,
Que me dice que me encuentro amando un absurdo.
Nadie espera en medio de la nada,
Que tú me mires mientras besas a otro,
Mientras piensas el calor de sus labios,
Y la ternura que te inspira por dentro.
Nadie espera en medio de la nada,
En medio de tu nombre que me sabe a muerte,
De tu rostro, tus palabras y tu vida,
De esas ganas de tenerte aquí presente.
Nadie espera en medio de la nada,
Esperando una mirada que no llegará,
De quererte en silencio y muriendo,
Mientras ríes de la mano de otro hombre.
Nadie espera en medio de la nada,
De una ciudad con calles vacías,
En canciones que llevan elegías,
Y en espejos que no reflejan tu imagen.
Nadie espera en medio de la nada,
En un sueño que oscuro se torna,
En olvidos siniestros de tardes desiertas,
Y amores posibles que se desmoronan.
Nadie espera en medio de la nada,
Entre el viento sosiego que murmulla siniestro,
Los peores momentos de un mundo soleado,
Que se desmorona en prosas y versos.
Nadie espera en medio de la nada,
De la muerte, el silencio, el oscuro vacío,
En la tumba de un hombre agónico de deseo,
Al saberte lejana teniéndote cerca.