Caminaba hacia el oeste
desde India a Pakistán
con un roto GPS
que me hablaba de Vietnam,
yo iba sacando cuentas
de cuánto faltaría
para llegar a Egipto...
tal vez un par de días?
Me topé con caravanas
de mercaderes en los desiertos
y avancé un par de países
a lomo de camello,
soporté tormentas de arena,
ataques de bandidos
y un masaje de pies
a cambio de agua a un beduino.
Me dejaron cerca a una franja
porque no la querían pasar,
yo no entendía cómo una franja
a ellos los iba a asustar,
fui mirando a ambos lados,
derruída había una casa
y entonces ví el cartel
que decía "Gaza".
Creo que nunca corrí
tanto en mi vida
para que se den una idea
llegué a Arabia enseguida
y a la sombra de las torres
más altas de este mundo,
me senté a pensar en ti
antes de seguir mi rumbo.
Recordaba tu mirada
y tu sonrisa estimulante,
me hiciste poner de pie
y continuar hacia adelante,
pero a mitad de La Meca,
de noche y poca luz,
me detuvo un barbudo
y dijo: eso es una cruz?
Claro, en mi pecho
se zarandeaba un rosario
creo que está demás decir
que fui a parar con presidiarios,
preparaban la pedreada
para cuando saliera el sol
más llegó un misionero
justo a tiempo, gracias Dios.
Me fugué junto a su gente
y las gracias yo le dí,
"pero vamos a ir a Roma
y tú tienes que venir!",
"pero yo voy al oeste!"
hacia allí tú habías ido,
"no puedes negar al Papa
el haberlo conocido".
Y qué más da, para Roma
a Benedicto fui a ver,
le regalé mi rosario
y un folleto de Yemen,
luego a seguir camino
y ahora a dónde ir?
descansé en el Coliseo
y a buscarte proseguí...
CONTINUARÁ...