Tu cuerpo era intangible,
Hermoso y angelical;
Tan solo “yo” lo pude tocar.
Tu amor será siempre indeleble,
Porque de mi corazón;
Nunca me lo podrán borrar.
Tu corazón era inmutable,
Hermoso recipiente de bondad;
Porque nadie lo pudo cambiar.
Tu ánimo era inalterable,
Porque no hubo ningún “dolor”
Que lo pueda derrumbar.
Tu voluntad era inmarcesible,
En actitudes y generosidad;
Como la fuerza de tu lealtad.
Tu vida es irrecuperable,
Porque tu alma está con Dios;
Y vives en la misma eternidad…
(victolman)