Cuando todo se va, todo se olvida
el silencio de la noche,
es el testigo predilecto, el frio testigo
que a carcajadas se burla de mi destino.
Él ya no está,
nunca más lo tendré,
nunca fue mío, eso bien lo sé
pero ahora está lejos, lejos y ausente.
Como deseo que mis palabras
tal vez algún día lo puedan alcanzar,
y que esta noche fría y silenciosa
no se burle más nunca de mí.