XI
Un poema desnudo grita
palabras cerradas.
Las piedras calcinadas y mis oídos
me siento mojado sin embargo
siento el vértigo de vivir aquí.
XII
Luminosa navaja, no basta
para desarticular las palabras
proferidas en la blanca espuma
de las hojas amarillentas...
Al final la tinta se detendrá
en el justo final abruptamente.
El deseo de querer justifica
estas desordenadas ideas
transcriptas aquí por un fantasma.
El corazon se ha derretido
con la caja exterior y no basta.
Imaginaba mi herida es
vivible, visible no duele
no sangro, no deletreo espero
un trozo de brisa antes de saltar.
XIII
Comprimí mi sangre y revente,
decore mis miserias en la
extensa mesa servida.
Ese que juega a las cartas
expiando corderos me castro del
espacio, me abandono en el tiempo.
Mis restos ..mi mujer …si, ay de mi mujer.
La desesperanza es un cordel
de esperanza hasta la hora de
que él finalice su juego y
acabe con mis restos,,,,,
Mi mujer... Si, ay de mi mujer...