Ortiga mi pensamiento
tanta actitud descarada
que sin hacer caso a nada
saca provecho al momento.
Al que le sobra alimento
y todo le importa poco,
el que vive como loco
en actitud temeraria,
una vida estrafalaria
de desenfreno y desboco.
El sentimiento que invoco
es menos parasitario
sin ser revolucionario
a la razón yo convoco.
Si con mi hablar le sofoco
o le ahogo la emoción,
créame que es mi intención
limar su desvergüenza,
quizás la pena lo venza
y le traiga prevención.
No es asunto de pasión
tampoco de gran pericia
es simple y llana justicia
mi motivo de aflicción.
Su respeto y su atención
en éste instante le pido,
ponga en función ese oído
y dispóngase a pensar.
Ya habrá tiempo para hablar
después de lo convenido.
Si mucho se ha divertido
hoy le voy a preguntar
a cuántos pudo ayudar
con parte de lo invertido.
Si lo hubiese dividido
abonando en intenciones,
le sobrarían razones
para sentirse contento,
a cuánto cruel sufrimiento
pudo llevar soluciones…
Sin pretender redenciones
ponga fin a su desgano
tienda la mano a su hermano
y alivie sus aflicciones.
Renueve en sus corazones
la alegría y la confianza,
que sonría la esperanza
en actitud solidaria,
del vivir tan necesaria
busque inclinar la balanza.