Lloro!
no de tristeza,
sino enojo.
Todo este tiempo te serví de burla.
Me puedo imaginar
lo mucho que te reíste de mi
y yo tan ingenua que creí,
que me quisiste un poco,
que los besos eran de azúcar
y tus abrazos de miel.
Que mi amor para ti fue
la frescura,
que hube podido con mi ternura
curar las heridas que otros amores
causaron para tu infortuna.
Y que cruel entonces me has herido.
Y yo pensando que me equivocaba
en verte malo y traidor,
que me cegó el rencor
por la desgracia de hacerme
la primera herida de amor.
Pero estaba en lo correcto,
eres de los hombres el peor.
Yo, viéndote siempre
como algo inalcanzado,
como un proyecto frustrado.
Quizá deba agradecer al Dios,
por dejar que las cosas se dieran así,
que tuviera que llorar hasta formar los mares
para olvidarme de ti,
cosa que no he podido lograr,
que no he querido lograr.
Pero que necesidad de mentir.
Deja de mentir!!!
Acaso no te das cuenta
que ya no te creo?!
Tu mismo me has quitado
La venda que por mucho tiempo
Me ha cegado.
Y esta verdad que como el naufrago
Salió a flote
Voy a asumirla
Y olvidarla
Pero a ti, mentiroso!!
Nunca he de perdónate.