Se hizo tan grande este amor, que es imposible
olvidar las cenas, las veladas, el caviar y el champan.
Lindos tus ojos son estrellitas que alumbran mi caminar,
por eso mi amor, por eso nunca te podré olvidar.
Me acostumbré tanto a tu amor y de él me hice adicto
y ahora ya no puedo olvidarte ni tan siquiera un poquito.
Lloran mis ojos este error de confiar en la gente,
sin darme cuenta siquiera que para hacer daño se comportan
muy voluntarias, tan dañinas, tan crueles, tan urgentes.
Urgentes para dañar dos corazones así tan enamorados,
hacen sangrar las almas como ángeles asustados.
Dios nos hizo tan humanos, y se olvido de hacernos buenos
y ahora el diablo aprovecha todos esos malos momentos
para romper corazones tan llenos de sentimientos.
Pero tú que me querías según decían tus palabras,
y dejaste que tus amistades rompieran este amor que nos llamaba.
Se reirán del querer que hemos dejado, y aunque yo te siga amando,
mientras que el diablo se divierte, nosotros estamos llorando.
Autor Joaquín Méndez.
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29/05/2012 22:23:36