Empezó a volar sobre cada uno de los depredadores, e inició la pelea, fuerte, ágil, astuto, fue eliminando a cada uno de sus adversarios, pero se quedó sorprendido cuando un joven halcón no aceptaba su reto sino que chillaba de manera rara tratando de comunicarse, manteniéndose en completa calma.
Al escuchar los sonidos que emitía con chillidos el cóndor le preguntó:
― ¿Te has golpeado contra los riscos y las piedras del río?. El halcón se quedó mirándolo sorprendido…
― Nooooo, no han sido golpes lo que han hecho de mi chillido algo extraño, es que nací con ese defecto un tanto raro, mi padre y mi madre dicen con desconsuelo:
¡Qué vaina con el hijo, nos salió ñingo!
El cóndor conmovido, le propuso al halcón ser los mejores amigos y lo defendió de todo aquel que le hacía daño y se burlaba de el.
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR:
MIRIAM RINCÓN URDANETA.