Un aroma es nada
sin la belleza pura
de una hermosa mujer
que reposa en lecho de encantos.
La exquisita fragancia
de una bella flor
esta ligada al éxtasis del placer
a la energía bendecida de lo real.
La belleza sensual
es dulzura encantadora,
más la mirada hipnotizadora
es deseo desesperado.
El aroma de una flor
se determina en la ternura de una mujer
con una extensa fragancia
en la humilde morada del amor.
El extenso tiempo de espera
fortalece las puertas de la relación
cuando juntos por una atracción
revolucionan la unión de sus aromas.
En un lago de flores
una rosa roja es la reina
con su aroma que encanta
y su belleza que enamora.