No queda ni un solo cabello del pasado
En mi lecho de paz coronado,
Ni un camino, ni la huella de brebajes divinos.
Áspero en la noche es el vino
Cuando la soledad abriga solo un costado.
Como marchito los pétalos
De rocío ajeno…caen con la agonía
He gastado mi alma ejercitando “el amar”
Y suspirando enamorada,
Emplee juventud, lozanía y mi voluntad.
Aun mano jugos puros en mi lecho de paz
Jugos nuevos, jugos limpios
Deseosos de estrenar.
Que en mi túmulo estoy perdida,
Que imploro descanso eterno ya.
Diviértanse fin y vida
Reíros de mi hasta la unificación
Más yo seguiré creyendo en el amor,
Aunque en esta alfombra de hojas secas
Me desmorone desplumada y consumida.
Creeré en el AMOR…
Antonia Ceada Acevedo