Amigo mío, no conozco tu nombre,
Pero sé que existes o existirás,
Y sin saber tú nombre ni nada de ti,
Debo llamarte amigo y confesarte,
Lo que tiene que ser así…
Esa mujer que amas y llevas de tu lado
Fue también mi sueño, mi risa y mi calma,
Pero tú no sabes, que la amarás en vano
Pues ella si sabe, que aun vivo en su alma…
Pero déjala así,
Durmiendo bajo tú sombra
Con su rostro embellecido
Por la luz de las estrellas,
Tal vez soñando aun conmigo,
Y tú que no lo sabes,
La cubrirás con tu abrigo…
Pero se quedara contigo
Viendo los años pasar,
Pues jamás estaría conmigo
Por la barrera,
Que yo no podía ocultar…
Pero mi amigo,
Será grande tu resabio,
Después de cada beso
Porque nunca sabrás,
Lo que arde en su deseo;
Y yo, en mi gran y amargo hastío,
Sabré que siempre besará tus labios,
Aunque siempre,
Pensará en besar los míos…
Arturo Domínguez. –Derechos Reservados-