Promesa, promesa.
Se veia sola y visible a gran distancia,
en la condición donde entra y desaparece.
Juraría, si me creyeran, por todas las palabras manidas.
Un brillo vidrio sigue el guión de fijarse en ella
por el año que dure la certeza, por la extensión de la noche.
Manida una vez, manida para siempre.
Ropa se abre, ropa se baja frente del vidrio.
Vale la promesa del plato digerido de aprender a escapar.
Una vez que pases por aquí abajo
Promete cerrar la boca.
Probar no mas.
Vale la promesa de la presa
de no volver a morir de esa forma.