Es imposible no pensar en la muerte
cuando se escucha una palabra tan fuerte,
puede tu vida en un segundo
pasar por tu mente,
visualizar un futuro precario,
y un cuerpo decadente,
aunque la tecnología sea muy avanzada
de principio se pierde toda esperanza,
porque una no sabe sobre el tema,
o porque se siente una sola de repente,
abandonada, sin ayuda,
o porque no hubo molestia física
que ameritara presentir la enfermedad,
porque todo era normal,
o porque a cierta edad
es nula la probabilidad
de que “eso” te aquejara.
No queda más que asirse
a la voluntad del Dios
y de rodillas recurrir a su gracia
y suplicarle que conduzca las manos del Galeno,
y logar confiar en sus conocimientos,
porque aun no se pierde el derecho de vivir
y ser feliz, porque pueden mutilarte el cuerpo
pero nunca el corazón.