Un sollozar incomprendido,
de mi corazón emerge,
que el delirio me arremete,
cuando tu, mujer hermosa ,
no estas más conmigo.
Mas a veces este orgullo,
llevado a los confines de la ira,
mezcla mis emociones,
para buscar una respuesta oculta,
a mis preguntas insistentes.
Será acaso que he vivido,
en un mundo sin placeres,
fuera de la gracia de dios,
o el maravilloso amor,
de las preciadas mujeres.
Mujeres, mujeres que muchas veces,
aliviaron mis dolores,
unas y otras; crucificaron mi alma,
talvez para enseñarme,
el valor que ellas tienen.
Valor quisiera tener,
para gritar al mundo entero,
la dicha y el placer que
que me dan tus… besos, caricias y aliento.