El día ha trastocado la esquina de la seis P.M...
Es la hora apresurada del retorno
en la que alguien, invariablemente, como siempre,
- bajo el umbral de su número -,
con circunspecta resignación
transita el agobiante paréntesis
que hay entre los goznes de su puerta
que le ensayan diariamente la escala del desuso
y la apología del llanto y de la muerte
que le cuentan en la tele y en la radio
como si le contaran la hiperbólica masacre
de una película del cine americano !