No tengo
derecho
a irrumpir
en tu vida.
A creer
en nuestros
versos
de amor
(las fantasías).
No después
de conocer
tu tristeza,
de saber
que sufriste
(yo también).
No tengo
derecho
a recordar
tus promesas
(eran angustia,
tristeza o sexo?).
Tu poesía
me deja
sin derechos.
Ante ella...
me rindo.