Eduardo Urueta

La noche y yo



Admiraremos

la noche y yo

sus ojos negros.

Lo admiraremos.

 

Pensaremos

que su piel es un rubor de lluvia,

y que lo parió una tormenta de veintitres de julio

 

Admiraremos Coyoacán y sus Wilfredos

en girasoles que son frutas.

Lo beberemos en la tierra mojada

lo sentiremos en el aire que será

lo caminaremos cuando sea

lo presentiremos azul

y en los óleos, en los pinceles

como estatuas

y en las faldas de mujeres idiotas

cuando tenga dos ciudades

y sus labios estén posados

más de dos minutos

en los labios de algún edificio

conspiraremos sus manos

para que nos dibuje

atacaremos las nubes

para que nunca vuelvan

y acaso pudieran volverte al origen.

 

Preguntaremos

cuánto es que las promesas

han sido falsas

y cuánto el cuello

se ha resignado a su dirección.

 

Abriremos

la noche y yo

su pecho y lo haremos un pulpo

y no lo oscureceremos

 

Exhalaremos

la noche y yo

su aliento de durazno

y seremos peludas sutilezas.

Consumiremos

su pensamiento

pero le otorgaremos

todos los sueños que ha deseado.